martes, 9 de enero de 2018

TANZANIA: NIÑAS VIOLADAS


13 de Diciembre 2017
Justo Lacunza Balda


El pasado día 9 de diciembre y con motivo del 57 año de la Independencia de la República de Tanzania el Presidente, John Magufuli, ha perdonado a dos violadores que fueron condenados a cadena perpetua en 2003 por violar a diez niñas. Tenían entre seis y ocho años. Los condenados eran padre e hijo. De profesión cantantes. El padre se llama Nguza Viking, en arte Babu Seya, y su hijo Johnson Nguza, conocido como Papii Kocha. Mientras un grupo de fans aplaudía a los violadores, ahora liberados, a la salida de la cárcel, otros grupos manifestaban el descontento por el decreto presidencial. En un país que está experimentando indudables cambios sociales como es el desafío frontal de los derechos humanos de los niños y niñas. Continúan siendo víctimas inocentes por parte de quienes arrollan y pisotean, maltratan y esclavizan a los/las más débiles de la sociedad tanzana.

La decisión presidencial se ha encontrado con fuertes críticas por parte de muchos sectores de la población, pero sobre todo las críticas han venido de las asociaciones que defienden los derechos de los menores. En una de sus más recientes intervenciones ante representantes de los padres en el marco del Partido de la Revolución (Chama cha Mapinduzi), hoy en el Gobierno, el Presidente Magufuli, declaró que el País había entrado en “una fase de decadencia moral”. Es sorprendente que a los pocos días el máximo representante de la nación anunciara por sorpresa la liberación de dos condenados a cadena perpetua por violación de un grupo de 10 niñas, alumnas de una escuela primaria de la capital, Dar es Salaam.

La activista y doctora Helen Kijo-Bisimba, directora del Centro de Derechos Legales y Humanos en Tanzania (LHRC en sus siglas en inglés), ha dicho que “perdonando a esos criminales lo único que el presidente ha conseguido es aumentar el dolor de las niñas y de sus familias”. Además la doctora Kijo-Bisimba ha pedido que “se cambie la Constitución para impedir que el Presidente pueda repetir lo mismo una segunda vez”. Por otro lado la doctora Kate McAlpine, directora de la Comunidad por los Derechos de los Niños (CCR en sus siglas en inglés) con sede en Arusha, dice “estar horrorizada pero no sorprendida” por la liberación de los violadores. El presidente tanzano afirmó recientemente que las niñas que se queden embarazadas “no vuelvan a la escuela”. Como si fueran las niñas en edad escolar las culpables de las acciones criminales de los violadores.

Las violaciones de las niñas menores de edad en Tanzania está adquiriendo proporciones nacionales alarmantes. Cada año más de 8.000 niñas abandonan la escuela porque se han quedado embarazadas. Las leyes constitucionales de Tanzania establecen la edad legal para el matrimonio en los 18 años. Pero los matrimonios con menores siguen celebrándose y las violaciones van en aumento. He ahí el reto del Año Nuevo 2018: respetar los derechos de los más vulnerables y parar la lacra social de las niñas violadas. La vida humana no es un juego de azar. En ninguna parte del mundo.


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