Queridos amigos,
Al iniciarse la COP30 en Belém, Brasil, nos encontramos una vez más en una encrucijada. Cada año nos recuerda la fragilidad de nuestro planeta: desde las devastadoras inundaciones e incendios hasta el silencioso blanqueamiento de los arrecifes de coral que alguna vez rebosaban de vida. En este tiempo de diálogo global y de reflexión local, unimos nuestras voces en una oración coral: por decisiones justas, duraderas y arraigadas en el cuidado — no solo por nuestro clima, sino por todas las comunidades y criaturas que llaman a esta Tierra su hogar. Que las conversaciones de noviembre inspiren valentía, responsabilidad y renovación, guiándonos hacia un futuro más resiliente y compasivo.
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