jueves, 21 de noviembre de 2019

Comunidades africanas luchan contra el acaparamiento de tierras para el cultivo de palma aceitera



Un nuevo informe sobre el estado de las plantaciones industriales de palma aceitera en África muestra cómo resisten las comunidades están cambiando el curso del acaparamiento masivo de tierras en la región.

África es el blanco de las empresas agroindustriales para la nueva frontera de expansión de las plantaciones industriales de palma aceitera. Entre 2000 y 20015, las compañías firmaron acuerdos para obtener la concesión de plantaciones con los gobiernos africanos cubriendo más de 4 millones 700 mil hectáreas. La mayoría de estos acuerdos se firmaron sin el consentimiento de las comunidades afectadas.

Pero estas compañías están atravesando grandes dificultades para avanzar con sus proyectos. Según al informe, durante los últimos 5 años hay una importante disminución del número y del área total de los contratos para plantaciones industriales de palma aceitera en África, de 4 millones 700 mil hectáreas a un poco más de 2 millones 700 mil hectáreas. Y sólo una pequeña fracción de esta área —220 mil 608 hectáreas— han sido convertidas a plantaciones de palma aceitera o han sido replantadas con nuevas palmas durante la década pasada.

El informe concluye que la lucha de las comunidades por la defensa sus tierras es clave para desacelerar la expansión de las plantaciones industriales de palma aceitera en la región.

El informe también destaca cómo prosperan los sistemas de cultivo de palma aceitera en pequeña escala mientras el modelo corporativo está fracasando. Las comunidades locales en muchas partes de África Occidental y África Central tienen una antigua historia de cultivo de palma aceitera y de producción de aceite de palma sin la participación de las grandes compañías. Son las mujeres quienes generalmente protagonizan estos sistemas en pequeña escala. Hoy, son los pequeños propietarios en los países africanos quienes abastecen a pequeños molinos aceiteros, dan cuenta de la mayor parte del aceite de palma que se produce en el continente y son mucho más capaces de aumentar la producción para poder cubrir la creciente demanda local si tuvieran acceso a la tierra y los mercados. Producen un aceite de palma de mayor calidad, más nutritivo y más adecuado a las culturas alimentarias locales, mientras que las plantaciones industriales producen un aceite de palma altame! nte refinado, diseñado para usos industriales, incluidos los nada saludables alimentos procesados y los biocombustibles.

La producción diversificada en pequeña escala y diversificada es la que necesita ser considerada la base para el futuro de la producción de aceite de palma en el continente. Las comunidades no necesitan a las compañías para administrar sus tierras y para producir aceite de palma. Las compañías sólo extraen utilidades que envían al extranjero y su modelo de producción deja únicamente miseria y contaminación para los habitantes locales.

Los autores del informe, la mayoría de los cuales trabajan directamente con las comunidades afectadas por las plantaciones de palma aceitera, hacen un llamado a que de inmediato se prohíban todos los proyectos de plantación a gran escala de palma aceitera y a detener los que actualmente están en ejecución. Donde ya existen plantaciones en gran escala, las tierras deben ser devueltas al control de las comunidades locales, quienes pueden acordar cómo desean utilizar y organizar estas tierras, ahora y en el futuro. También señalan que deben cancelarse los acuerdos de concesión que los gobiernos han firmado con las compañías, la mayoría en violación a las leyes y los derechos de las comunidades locales.

¡Es momento de dejar atrás las plantaciones coloniales en África y devolver la palma aceitera a manos de las comunidades!

Lean el informe en castellano: https://grain.org/e/6329

La autora de esta publicación es The Alliance against Industrial Plantations in West and Central Africa [Alianza contra las Plantaciones Industriales en África Occidental y Central], en coautoría:

ADAPPE-Guinée, Pan Para Todos (Suiza), CDHD (Congo-Brazzaville), COPACO (RDC), Culture Radio (Sierra Leona), GRAIN, Joegbahn Land Protection Organization (Liberia), JVE Côte d'Ivoire, MALOA (Sierra Leona), Muyissi Environnement (Gabon), NRWP (Liberia), RADD (Camerún), REFEB (Costa de Marfil), RIAO-RDC (RDC), SEFE (Camerún), SiLNoRF (Sierra Leona), Synaparcam (Camerún), UVD (Costa de Marfil), WRM, YETIHO (Costa de Marfil) and YVE Ghana.

Este informe fue publicado en la víspera del día Internacional de las luchas contra los monocultivos de árboles (21 septiembre 2019). Para información acerca de las diversas acciones organizadas para celebrar este día en África y en otros lugares, ver: https://wrm.org.uy/es/todas-las-campanas/dia-internacional-de-lucha-contra-los-monocultivos-de-arboles-2019/


jueves, 14 de noviembre de 2019

Emigrantes y Soberania alimentaria: Una misma batalla




Visión global de la migración

« En estado salvaje, el ser humano se traslada en busca de agua y frutas para alimentarse, pero también para huir de animales feroces y preservar su vida. El hombre se mueve para sobrevivir. Con el descubrimiento de los primeros objetos, comienza la primera etapa de la evolución de nuestra raza. Ahora, el ser humano se mueve para organizar su alimentación (caza, pesca, recolección) pero también lo hace para protegerse de rivalidades internas ».
Con estas palabras, Mamadou Cissokho, describe la resistencia de los campesinos en África Occidental, en un foro, en enero de 2018, y recalca la responsabilidad que tenemos todos y cada uno frente a la tragedia de las migraciones.

¡Desplazarse para alimentarse y sobrevivir !

Sea cual sea el continente, actualmente, las mismas causas producen los mismos efectos, con una magnitud inédita. El cambio climático arroja a las carreteras del exilio a millones de refugiados del África subsahariana, del sur de Asia e incluso de América Latina, pues la tierra ya no da alimento (sequía del suelo y pozos, destrucción de cultivos por reiteradas catástrofes naturales...).
Los desequilibrios políticos, a menudo dirigidos por intereses neocoloniales e imperialistas, sumen a países y regiones enteras en situaciones de inseguridad extrema, en conflictos y guerras de las cuales muchos intentan escapar (Centroamérica, Yemen, Siria, Sahel...). Dichas situaciones se agravan cuando el hambre asecha y se ponen en riesgo inminente a las poblaciones, como es el caso de Yemen. Sin embargo, es necesario, además, reconocer de manera urgente la responsabilidad del capitalismo desenfrenado y globalizado en el empobrecimiento y hundimiento de comunidades indígenas y campesinas de todo el mundo, producto del acaparamiento de tierras y la violación de los derechos consuetudinarios, la explotación, las normas y restricciones de acceso a los mercados,... Los acuerdos de asociación económica y demás tratados de librecambio, verdaderas traducciones y repeticiones de la ley del más fuerte, contribuyen significativamente al desarraigo físico y cultural de las poblaciones.
Además, en ese contexto, tan duro, hace falta recordar hasta qué punto la resistencia padece todo tipo de represión extrema y sangrienta, a manos del estado y la policía.
« Los pueblos con escritura (los europeos) nos legaron manuscritos históricos en los cuales confirmaron haber hallado personas supuestamente « sin alma », haber arrasado con todo [¿o todos ?] lo que encontraron y haberlo vendido con total libertad. » (M. Cissokho)

¡Robo de tierras, destrucción de cultivos alimentarios y populares !
Este desarraigo encuentra su máxima expresión en el caso marroquí. Con el propósito de abastecer de tomates y otros cítricos, a bajo costo, a los mercados europeos, el Estado marroquí con el beneplácito de las instituciones europeas, facilitó, en la década de los noventa, la implantación de inversionistas españoles, franceses, holandeses (...) para expulsar a las familias campesinas instaladas en tierras supuestamente reales, en la región de Souss Massa Drah. Estas empresas, además, tuvieron fácil acceso al recurso hídrico y a las instalaciones de riego como así también a las ayudas agrícolas otorgadas por el Estado. La escasez de mano de obra era tal que todo se organizó para que miles de pequeños agricultores que vivían en las montañas del Atlas abandonaran las tierras familiares y se unieran a la base de producción agroindustrial. El fenómeno de explotación extrema y pauperización de dichos trabajadores nacionales, desarraigados, no solo perdura, sino que además empuja a hombres y mujeres a partir hacia horizontes cada vez más lejanos e inciertos.
Al mismo tiempo, los cultivos de subsistencia y los cultivos tradicionales (como es el caso del maíz, un ingrediente básico en la cocina marroquí) fueron abandonados forzosamente para servir mejor los intereses de la exportación y del capitalismo salvaje.
Se trata de una situación equiparable a la que padecen otras poblaciones del mundo.

Inseguridad alimentaria

Este hecho general se profundiza aún más con las condiciones de acogida de las poblaciones desplazadas. Los debates actuales en torno del Pacto Global, el proyecto de pacto mundial sobre la migración objeto de negociación actual en NNUU, pone de manifiesto el cinismo y la actitud criminal de los grandes tomadores de decisiones. No solo la represión en las fronteras adopta formas inhumanas en franca violación de la Convención de Derechos Humanos, sino que además los Estados "occidentales" desvían o supeditan la ayuda para el desarrollo a la puesta en marcha de controles fronterizos (es decir un refuerzo del dispositivo policial) en los países de origen.


¡Debemos preocuparnos ! El cinismo y el rechazo de acoger dignamente a refugiados políticos, económicos, climáticos (...) supone la concentración de dichas poblaciones desfavorecidas en grandes guetos urbanos (megalópolis) o rurales (como en el sur de Italia), en campamentos de refugiados donde la inseguridad es atroz, donde reina la violencia, la ausencia de dispositivos sanitarios, la precariedad de vivienda, el trabajo forzoso y la trata de personas.
Así, por su propia naturaleza, el migrante pierde la capacidad y autonomía alimentaria y, en el mejor (¿ ?) de los casos, se vuelve dependiente del sistema agroindustrial, pues sencillamente no depende de la ayuda alimentaria, pero se autoabastece a través de ese mismo sistema.
« Trabajemos juntos por la repatriación de los recursos y del bien común en cada rincón del mundo. La fuerza del pobre, aquél que no pierde nada porque no tiene nada que perder. » (M. Cissokho)

¡Dignidad de los migrantes y soberanía alimentaria, una misma batalla !

La Via Campesina, sus organizaciones miembros y sus aliados encabezan la resistencia asociada a la lucha por los derechos y la dignidad de los migrantes, al combate en favor de la soberanía alimentaria.
Lo hacemos mediante la multiplicación de espacios de movilización contra las grandes multinacionales, contra el creciente control que ejercen sobre los recursos y la producción alimentaria en detrimento de los pequeños agricultores, contra las políticas y los tratados que los favorecen, ... el movimiento campesino ataca la raíz del proceso de proletarización de las poblaciones y de desestabilización del principio democrático de soberanía popular.
Lo hacemos mediante la defensa del derecho al uso de la tierra y el agua, el reclamo del derecho a producir e intercambiar semillas tradicionales, el trabajo en favor del reconocimiento de los derechos colectivos, la libertad sindical, un verdadero estatuto para las mujeres campesinas, etc., la Via Campesina y la Declaración sobre los Derechos de los Campesinos dan respuesta a las causas de la migración.
¡Frente a esos muros que se erigen producto de una locura totalitarista, es menester tender puentes entre nuestros pueblos, entre los campesinos del mundo !
« ¡En lugar de armas, empuñemos la solidaridad ! » (M. Cissokho)

El sistema agroindustrial se nutre de la explotación de los más pequeños. Los hombres y mujeres, trabajadores migrantes y desarraigados son extremadamente frágiles y vulnerables frente a estos depredadores económicos y, al "consentir" a expensas de sus derechos, alimentan aún más el apetito del sistema que los aplasta.

En el seno de Via Campesina y de sus organizaciones, múltiples iniciativas de resistencia y solidaridad han visto la luz : formación y acompañamiento de trabajadores migrantes para exigir el cumplimiento de sus derechos, información y sensibilización de los consumidores, ocupación de tierras para instalar a los trabajadores o migrantes...
La Via Campesina y sus aliados preparan el camino de una soberanía alimentaria sin fronteras, para los pueblos y los campesinos.

Publicado en Soberania Alimentaria

Enlazate por la Justicia. Dia de la Tierra

Entrevista Carlos Andrés Sergio Bresciani Lecannelier nació en Santiago de Chile en 1972, entró a la Compañía de Jesús en 1993 y se ordenó ...