Las bolsas de plástico contaminan y no son
necesarias: ninguna se recicla. Consumiendo menos y mejor, protegemos el medio
ambiente.
La bolsa de plástico es el producto estrella
de nuestra cultura de usar y tirar, que malgasta grandes cantidades de
materiales y energía para fabricar productos efímeros de un solo uso, muchas
veces superfluos. Las bolsas de plástico se pueden reemplazar por recipientes o
sistemas duraderos y ecológicos (bolsas de tela, de plástico resistente, de
papel, carros de compra...). En España utilizamos unas 250 bolsas por habitante
y año. Tanto su fabricación y distribución como su tratamiento posterior
provocan importantes problemas ambientales. Por todo ello consideramos que es
necesaria su desaparición.
En las tres grandes centrales de tratamiento
de basura (Jerez, Miramundo -Medina- y Los Barrios) las bolsas se entierran o
se apilan en grandes fardos ya que vale 100 veces más reciclarlas que
fabricarlas de nuevo. Esta es una de las razones por las que más del 90 %
de nuestros residuos sólidos urbanos acaban en vertederos, o en otras
comunidades autónomas, en incineradoras.
Jugar a cobrar céntimos por las bolsas de
plástico no está a la altura
Ecologistas en Acción considera insuficientes
las medidas adoptadas por el Estado español para la adopción del Real Decreto
sobre reducción de bolsas de plástico.
Es necesario apostar por una economía circular
en la que se ataje el creciente problema derivado del excesivo consumo de
plásticos de usar y tirar: bolsas y también vajilla de un sólo uso.
Entre las posibilidades en términos de medidas
aplicables para la reducción del impacto por las bolsas de plástico de un sólo
uso que ofrece la Directiva Europea 2015/720, la opción escogida por el
Gobierno español se ciñe, de forma poco ambiciosa y casi exclusiva, a la
prohibición de la entrega gratuita de las bolsas de plástico. Para Ecologistas
en Acción, la introducción de instrumentos económicos representa un paso
disuasorio tímido y poco contundente con el abanico de medidas que se proponen
dentro de la citada Directiva.
La solución al problema mundial de la
contaminación por plástico requiere transformaciones de mayor calado que tengan
en cuenta cambios y planes estructurales. El papel de personas consumidoras
informadas y participativas será, como en otros temas, de gran importancia para
posibilitar la presión hacia políticas públicas más sostenibles y saludables. Algunas
propuestas que pueden incidir en cambios más transformadores incluyen adoptar
medidas de gestión de residuos que tengan en cuenta el aumento de los años de
garantía de los productos generados, la penalización al sobreenvasado, la
promoción de la venta a granel y de los sistemas de reutilización de envases, o
la eliminación total de las bolsas de un sólo uso independientemente de su
material. En definitiva, medidas que impulsen una economía circular, que aborde
los problemas de la reciclabilidad, biodegradabilidad, la presencia de sustancias
peligrosas en los plásticos y el objetivo de desarrollo sostenible de reducir
significativamente los desechos marinos.
Por último, desde Ecologistas en Acción se
considera del todo insuficiente la previsión para el comienzo de la aplicación
del RD. El comienzo de aplicación en enero de 2018, sin previsión de adoptar
ninguna medida durante el 2017 no se ajusta a la temporalización de la
Directiva Europea, que marca un primer objetivo de reducción del consumo máximo
(menos de 90 bolsas por persona/año) para diciembre de 2019. Por su parte, el RD español propone el primer análisis
de control de la efectividad de las medidas implantadas para, como máximo,
enero del 2021 (es decir, un año después de lo marcado por la Directiva
Europea). Si el primer objetivo marcado es para 2019, consideramos inviable que
el RD no proponga ninguna medida para adoptar inmediatamente, en el 2017, y
realice el primer análisis de control 1 año después de lo marcado por la
Directiva Europea.
Extracto de Ecologistas en
Accion
17 de Febrero 2017
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