La rápida propagación de la epidemia de COVID-19 ha ejercido una presión extrema sobre los sistemas de salud pública y ha causado daños económicos, sociales y humanitarios sin precedentes en todo el mundo. El virus no conoce fronteras. La gestión de esta crisis requiere una fuerte respuesta internacional, guiada por un imperativo de solidaridad y responsabilidad compartida. Solo una victoria total, que incluye a África, puede superar esta pandemia.
Podemos ganar esta batalla, siempre que actuemos sin demora haciendo el mejor uso del tiempo y los recursos disponibles para nosotros. De lo contrario, la pandemia podría golpear muy fuerte a África, lo que prolongaría considerablemente la crisis mundial.
En África, los gobiernos, los médicos, los trabajadores de la salud, los científicos y las sociedades tienen una valiosa experiencia en la lucha contra las epidemias. La Unión Africana se compromete a apoyar una respuesta coordinada en todo el continente. La mayoría de los países ya han tomado medidas firmes para frenar la propagación del virus y están listos para ir más lejos si es necesario. Acogemos con beneplácito el nombramiento por parte de la Unión Africana de cuatro enviados especiales responsables de movilizar a la comunidad internacional en apoyo de África. Jugarán un papel clave en la implementación de nuestra estrategia colectiva.
Esta estrategia requiere un esfuerzo internacional sin precedentes.
Las medidas efectivas para controlar el virus tienen costos enormes para los sistemas de salud, las economías y las personas. Para absorber este choque, África necesitará el pleno apoyo de todos sus socios. Los gobiernos y las instituciones multilaterales, en particular la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional, así como organizaciones benéficas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado deben responder de inmediato a la llamada del G20 y unir fuerzas para consolidar las defensas sanitarias de África.
Para esto, es esencial:
1) fortalecer la capacidad de África para responder a la emergencia de salud, brindando apoyo inmediato a los sistemas de salud africanos mediante la movilización de todos los recursos disponibles a través de las instituciones y canales existentes, como el Fondo Mundial y 'GAVI Alliance, sin embargo, sin afectar los programas actuales. En este sentido, apoyamos la propuesta europea de organizar una conferencia de financiación en mayo.
2) desplegar un paquete masivo de medidas de apoyo económico, acorde con las necesidades evaluadas por los ministros de finanzas africanos (al menos $ 100 mil millones) y las Naciones Unidas, para dar a los países africanos el margen de maniobra que tienen Es necesario financiar la lucha contra la pandemia y sus efectos indirectos, económicos y sociales. Hacemos un llamado especial al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Africano de Desarrollo, el nuevo Banco de Desarrollo y otras instituciones regionales para que utilicen todos sus instrumentos para apoyar las economías africanas y revisen sus políticas sobre acceso a la financiación. y sus límites máximos de cuotas para permitir que los países de bajos ingresos se beneficien.
También pedimos una moratoria inmediata en el servicio de todas las deudas externas, ya sean bilaterales o multilaterales, públicas o privadas, hasta el final de la pandemia. Para respaldar este proceso, el FMI ahora debe decidir asignar derechos especiales de giro (DEG) a los países africanos, lo que les proporcionará la liquidez que necesitan para comprar productos básicos y equipos médicos esenciales. Finalmente, pedimos a todos los socios de África que garanticen sus créditos de ayuda al desarrollo.
3) responder al llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas para una ambiciosa iniciativa humanitaria para África, basada en el plan global de respuesta humanitaria a COVID-19, para proporcionar ayuda alimentaria y necesidades básicas para las poblaciones más afectadas por las medidas de distanciamiento social y más expuestas al contagio, en particular los refugiados, migrantes y personas desplazadas. El programa mundial de alimentos debería tomar la iniciativa en esta operación, en coordinación con todas las organizaciones interesadas, y tener rápidamente la financiación adecuada para hacerlo.
4) promover un mecanismo panafricano para la coordinación científica y política, en relación con las acciones que llevan a cabo actualmente organizaciones como la coalición de innovaciones en preparación para epidemias (CEPI), el centro africano para el control y la prevención de enfermedades ( África CDC) y estructuras nacionales como la red internacional de institutos Pasteur, para coordinar las habilidades africanas con la respuesta global liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y garantizar una distribución equitativa de pruebas, tratamientos y vacunas cuando 'estarán disponibles. Con este fin, llamamos especialmente a la OMS, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y todas las organizaciones activas en el campo de la salud mundial, en particular el Fondo Mundial,
Esta crisis muestra lo interconectados que estamos.
Ninguna región del mundo puede prevalecer sola en la lucha contra COVID-19. Hasta que sea erradicado de África, el mundo no estará a salvo. Es por eso que estamos decididos a trabajar juntos, con nuestros socios G7 y G20 para poner fin a la pandemia y construir sistemas de salud resilientes que puedan garantizar el futuro de nuestras poblaciones. El tiempo no es para divisiones políticas o disputas, sino para la unidad y la cooperación.
Abiy Ahmed, primer ministro de Etiopía
Giuseppe Conte, presidente del Consejo de Ministros italiano
Antonio Costa, primer ministro de Portugal
Abdel Fattah El-Sisi, presidente de la República Árabe de Egipto
Moussa Faki, Presidente de la Comisión de la Unión Africana.
Paul Kagame, presidente de la República de Ruanda
Ibrahim Boubacar Keïta, presidente de la República de Mali
Uhuru Kenyatta, presidente de la República de Kenia
Emmanuel Macron, presidente de la República francesa
Angela Merkel, canciller de la República Federal de Alemania
Charles Michel, presidente del Consejo Europeo
Joao Lourenco, presidente de la República de Angola
Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica
Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos
Macky Sall, presidente de Senegal
Pedro Sánchez, primer ministro del Reino de España
Félix Tshisekedi, Presidente de la República Democrática del Congo.
Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea.
(Fuente: sitio web de la Presidencia de la República)
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