Las
palabras y las frases tienen una gran importancia en la crisis de los
refugiados desatada en Europa y Oriente Medio, según docentes del Boston
College (BC). Por ejemplo, la palabra "refugiado" tiene por sí
misma una carga jurídica crítica, frente a la palabra "migrante",
que, aunque a veces los medios de comunicación la usan indistintamente con la
de "refugiado", es un término más ambiguo e incluso más
polémico. Para la directora asociada del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS)
Australia, Maryanne Loughry RSM, profesora adjunta de la Escuela de Trabajo
Social del Boston College (BCSSW), el propio concepto "crisis de los
refugiados" - también como tópico generalizado - es problemático.
"Es realmente una ‘crisis de conflicto
'", dice la hermana Loughry, que ha trabajado para el JRS desde
1987". Los refugiados no son la crisis. Es el bombardeo, la tortura, la
destrucción. Eso es lo que ha alimentado principalmente este movimiento sin
precedentes de personas".
Como inapropiados son, según la Hermana
Loughry y otros expertos en cuestiones humanitarias del Boston College, los
discursos creados a través de los medios de comunicación, en la arena política
o por la opinión pública. Por toda Europa y Estados Unidos, la compasión y la
empatía por la situación de los refugiados concurre con la desconfianza, la
animadversión y el miedo, provocados por percepciones erróneas y malentendidos,
según los docentes, que señalan que hay crisis similares que están teniendo
lugar en otras partes del mundo. A pesar de que la atención tiende a
centrarse en los aspectos más inmediatos y sensacionalistas de la situación de
los refugiados, los expertos humanitarios están buscando respuestas para los
efectos a largo plazo del desplazamiento, como la vivienda, la educación y el
empleo.
Hay muchos aspectos relevantes de esta
historia que no se aprecian en su totalidad. Por ejemplo, que cerca de la mitad
de la población de Siria está desplazada - no solo los aproximadamente 4.1
millones de personas que han huido del país, sino los 7,6 millones que todavía
están en el interior.
"Mientras tanto, los afganos y los
eritreos también forman parte del éxodo a Europa. Miles y miles de iraquíes son
desplazados - en Irak o en otras partes de Oriente Medio - y poblaciones de
Sudán del Sur se están desplazando hacia Uganda y otros lugares para escapar
del conflicto con Sudán. Hay al menos 60 millones de personas desplazadas en
todo el mundo: ¿qué les depara el futuro?”
"Las personas refugiadas tienen
derecho a la protección y al asilo; no es ‘algo bueno’ que alguien decide
darles", dice el P. Hollenbach, director del Centro para los Derechos
Humanos y la Justicia Internacional (CHRIJ) del Boston College. "Esto está
codificado por un tratado internacional que ha estado en vigor durante más de
60 años, que EE.UU. suscribió y que está obligado a respetar".
Boston, 20 de octubre de 2015
Abstracto del Boston College Chronicle
Octubre 2015
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